Una de las principales peticiones que nos hacéis nuestros clientes cuando hablamos de proyectos nuevos es ese concepto mágico: Responsive…, pero en algunos casos, hemos descubierto que nos lo solicitan sin que sea necesario.

Para aportar algo de luz sobre este concepto, traemos un resumen.

Un buen punto de partida es definir realmente de qué se trata el término responsive. Este nuevo sistema es una técnica de diseño web que busca la correcta visualización de una misma página en distintos dispositivos, adaptando el contenido para que sea más claro y accesible a la hora de leerse.

Se basa en algo tan sencillo como redimensionar y recolocar todos los elementos que se muestran en la web para que puedan adaptarse y así, el usuario pueda disfrutar de una visualización mucho más correcta y, sobre todo, mejore así la experiencia de usuarios. Esto se conoce como una cuadrícula fluida, un diseño mucho más dinámico y sencillo.

Más allá de la parte visual y atractiva, este diseño responsive evita contenidos duplicados, aumenta la viralidad y mejora la comprensión del contenido. Al ser accesible desde cualquier dispositivo, la forma de comprender y de asimilar la información es mucho más natural y rápida.

Este tipo de aproximaciones a los diferentes desarrollos, en realidad se centra mucho en lograr una experiencia de uso mucho más equitativa para todos los usuarios. No cabe duda que es una de las prácticas más extendidas entre todos los diseños de las páginas web actuales.

Se basa en proporcionar a todos los usuarios de una web los mismos contenidos y una experiencia de usuario lo más similar posible, frente a otras aproximaciones al desarrollo web móvil como la creación de apps, el cambio de dominio o webs servidas dinámicamente en función del dispositivo.